lunes, 11 de junio de 2007

cadaver alcohólico

Desperté. Y no lo sabía. Aunque en el fondo sospechaba. Pero estaba convencido de que no podía ser. Yo tenía en cuenta que era un elemento alejado de los patrones de la sociedad. Miré alrededor y lo único que pude observar fue color blanco por todo el lugar, no había nada, dudé, estaba soñando. Aquel desolado paisaje parecía entumirme. Intenté moverme pero fué inútil. Cerré los ojos esperando que en aquel vacío apareciera algo, cualquier cosa, pero casi parecía que nada podía existir, que en realidad nada debía existir, ni siquiera el vacío, ni siquiera la nada, ni mucho menos la cama en que estaba acostado con una mujer a mi lado, que tampoco era nada o tal vez era yo el que no estaba y sólo veía las cosas desde algún sueño que antes ya había pensado. Pero me día cuenta de que era un espejo ¿Qué hacía yo vestido de mujer? La blusa roja, la falda ajustada, los tacones altos me hacían recordar lo que viví la noche anterior cuando festejé mi despedida de soltero. Tal vez hay cosas que deben olvidarse, pensé; más aún cuando a unas horas de casarte tu futura esposa se percata de la homosexualidad de su novio y dijo -- Francisco, ¿cómo pudiste? tú que eras tan hombre, -- sí, yo sé que nunca daba el brazo a torcer y lo que se torció fue otra cosa... mirarme al espejo, no era tan feo, me sentaba bien esa ropa ajustada y al fin a quién le importa en esta ciudad donde los que mandan son afeminados. Afeminados como yo, como él y como aquel, tengo todo lo necesario para ser feliz, sin mujer, sin boda y sin futuro, porque mi felicidad no está con esa aburrida, estereotipada y plástica mujer porque yo puedo serla, sin problemas cada mes y libertad para repartir, pues siendo tanto hombre y mujer como las dos realidades del espejo tengo más que una persona cualquiera; y puedo gritarlo al aire. Sí, puedo gritarlo sin temor ninguno, ser libre tal cual he venido al mundo, no temer de nadie, de los prejuicios absurdos... y ser tremendamente yo, decir que no solo soy homosexual, sino que además soy hermafrodita, que soy gerontófilo y pedófilo y todos los filos que puede haber, porque eso es lo que soy ¡sí, eso es lo que soy! el degenerado más grande del mundo, y lanzo monedas del puente a los transeuntes, para que caigan en sus cabezas y las partan en dos y también lanzar personas y... y... me quiero callar, decir que nada es cierto y como no puedo y todo mundo ha escuchado, me lanzaré de este puente...

14 autores, y a cada frase, según la regla, había de ser más extensa que la anterior. Pero parece que no salió muy bien, en fin. Salió un texto raro, otra vez. Y no solo en su construcción, sino en la temática...